miércoles, 12 de octubre de 2011

1. Piso New York.

Había llegado a la ciudad, New York, por fin, lo llevaba deseando mucho tiempo, allí  me esperaba mi amigo de toda la vida, Louis. Tenía ganas de verle, hacía ya unos meses que no nos veíamos, y solo habíamos podido hablar por Facebook. Al llegar al aeropuerto, le ví a lo lejos, sonreí, pensaba que se había olvidado de que era hoy, pero no. Cojí mi maleta y fui hacia él. Nos abrazamos y nos saludamos, cojió mis maletas y después soltó con una gran sonrisa:
- Vamos, dejemos las maletas en mi casa y te invito a cenar.
Yo no daba crédito, asentí varias veces, y le besé la mejilla. Caminábamos hacia su casa.
Estaba más guapo que de costumbre, hasta resultaba algo atractivo, pensé. "Pero que digo", me dije al pensarlo, reí y luego, sin darnos cuenta ya estábamos allí, uno frente al otro, cenando.
- Estás preciosa.
Agaché la mirada hacia mi plato de carne con patatas, algo ruborizada. Me coloqué un mechón de pelo que travieso, caía por mi cara, después respondí;
- Y tú, Louis.
Hicimos bromas, nos reímos, y pasamos una bonita cena difícil de olvidar.

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