miércoles, 25 de enero de 2012

El último adiós.

Él: No llores.

Ella: No quería llorar, realmente no quería hacerlo, pero fue difícil contener las lágrimas. Hace tanto tiempo que no me sentía así de feliz, estos han sido los mejores días y cada uno de ellos los he vivido a tu lado. El simple echo de saber que en unos días deberé irme, me entristece enormemente el alma, porque sé perfectamente que una vez que me que me vaya, las cosas entre nosotros jamás volverán a ser las mismas.

Él: No digas eso.. No quiero pensar que eso pasará.

Ella: ¿Y por qué no? Si es la verdad. Pero sabes una cosa, pase lo que pase, no importa cuanto tiempo esté ausente, ten en cuenta que jamás dejaré de creerte, ¿sabes por qué? porque has dejado en mi los mejores recuerdos, y eso es imborrable.

Él la mira detenidamente a lo ojos, siente su enorme tristeza y contesta: Y ten en cuenta que yo jamás te olvidaré, que es imposible que lo haga.

Ella sonríe, le acaricia el rostro y después le abraza y le contesta: Lo sé, uno jamás olvida a las personas simplemente las deja de extrañar, y eso pasará conmigo. Cuando menos te des cuenta, solo habrán sido lindas palabras y momentos que no tuvieron nombre.

Él le levanta el rostro y la besa despacio, agarrándole del mentón dulcemente, después contesta:
No podré olvidarte nunca.
La agarra sonriendo en sus labios, cogiéndola y susurra en ellos; Te quiero.

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