Me quedé dormida con la ropa del día anteior. Llegué demasiado cansada y nisiquiera pude ponerme el pijama. No me importó, dormí toda la noche hasta que por mi venta empezaron a aparecer rayos de luz, entonces me desperté. Me desperté y pensé en lo bien me lo había pasado con él el día de ayer, parecía una película o un sueño, pero fue real. Cojí una taza de té y mientras me la tomaba me fijé que lo primero que había hecho esta mañana había sido pensarle. No era malo. Era algo real, aunque no lo pareciera.
Después de desayunar dejé todo ordenado y me tumbé otra vez en la cama mirando al techo, pensando en ÉL.
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