Te encuentro en todos lados y ni te conodco. Sueño con tu voz, y nisiquiera me has dirigido la palabra. Te encuentro en cada una de mis páginas de cada uno de mis libros, pero eso en parte es culpa mía, a medias, porque escribo tu nombre cada vez que pienso en ti, la otra mitad es tu culpa, porque eres tú el que me haces pensar en ti. Te encuentro en cada una de mis ideas, mis planes.. simplemente te mantengo presente.
Es difícil, que sin conocerte pueda sentir tanto, sí, pero eso no lo he elegido yo tampoco, simplemente en mi camino has sido ese árbol que emana alegría y bellaza, que nadie sabe de donde viene, excepto los que le han plantado y los que le riegan cada día. Espero que me entendáis. Se que yo todavía no soy ni una simple mota de polvo de tu camino, pero prefiero que de momento sea así.
Yo no he pedido ni por hablado ni por escrito a nadie como él, es más, pensaba que no existía la perfección.
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