No hay niveles. Todo surge. Todo empieza y si empieza, acaba. Puede durar más, menos, lo justo, poco, demasiado. Pero acaba. Para dejar paso a otra cosa que pueda ser mejor. Una oportunidad, eso es, oportunidad es la palabra. A veces no aprovechamos las oportunidades, o porque no nos damos cuentas de que están ahí o simplemente las dejamos pasar, y si hacemos esta segunda, nos olvidamos del carpe diem. Yo me olvido de ese carpe diem y me paro a pensar, que es lo peor que puedo hacer. Cuando quieras, haz. Cuando no quieras, deshaz. Sé tú. Tu esencia, no cambies, mejora. Lucha.
Lucha porque todo vuelva a ser como antes, como al principio. Por esa oportunidad que dejaste escapar en el camino, por un motivo, cada uno sabemos a qué nos referimos, nada nuevo. Lucha porque no acabe, que empiece de nuevo, en todo caso. Retrocede. Ya sabes que acabar es el fin. No hay nada. Es oscuridad y frialdad. Soledad y ego. Tú y.. Tú. Tus fallos. Tus derrotas. Tu mierda. Tu vida. Al fin y a cabo, todos tenemos de eso. Voy a vivir con ello, toda la vida, mejor que me vaya metalizando de que habrá días en los que esté jodida y no pueda hacer otra cosa que escribir todo esto que otros se tragan, pero habrá otros días en los que ni me creeré que toda esta mierda pueda ser cierta. Por esos días es por los que vale la pena luchar.
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