Querido, Santa, otro año más te escribo, y sí, otra vez más para pedirte mis regalos de Navidad, deberíamos hablar para otras cosas ya que solo lo hacemos una vez al año y es por la misma causa. Has de perdonarme.
Este año quisiera pedirte algo que no es material, algo que sé que tú puedes hacer, llámame ilusa, infantil, o lo que quieras, pero eres mago, y yo creo en tu magia como llevo creyendo 14 años; me gustaría que esa persona que ahora mismo tengo en mente, un día, así de repente, me sorprenda diciéndome que me quiere, que simplemente se arrepiente de no haberse dado cuenta antes, yo le perdonaré, obviamente, le diré que no es un error, simplemente se ha dado cuenta con el tiempo y aprenderé a quererle más si cabe. Prometo no perderle nunca, ni hacerle daño ni nada que pueda impedir que sea feliz, antes de eso, preferiría sufrir yo. Este regalo es un tanto especial, porque no es un juguete ni nada parecido, es ÉL. Quería decirte, Santa, que pienso cuidarle cada día, las horas que pueda, queriéndole al máximo, y lucharé para no perderle, porque te tengo que pedir perdón, si los otros regalos de otros años que te pedí, los perdí… creo que me entenderás, he madurado y ya simplemente sé vivir sin ellos, pero el problema es que no se vivir sin ÉL, asique nunca me pasará como con esos otros regalos. Me encantaría que se cumpliese este regalo, te lo estaría agradeciendo eternamente, y reitero, no lo descuidaría un solo día. Nada más Santa, sé que tienes mucho trabajo estas Navidades, como todas hasta ahora, pero por favor… inténtalo.
Gracias.
Gracias sobre todo por hacerme creer en las ilusiones.
Te quiere: Sara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario